tag:blogger.com,1999:blog-271120362024-03-13T00:50:03.749-03:00 ponte una ovejablog de Diego VignaUnknownnoreply@blogger.comBlogger647125tag:blogger.com,1999:blog-27112036.post-20155483090907705552018-03-22T15:05:00.002-03:002018-03-22T15:05:24.839-03:00Lunes 6 de noviembre, 22:40 horas
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</style>
<br />
<div class="western" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, serif;">Es noviembre, la humedad gana suelos y
subsuelos pero todavía no hace tanto frío. Estuvimos caminando todo
el día y ahora las cosas empiezan a quedar encerradas en algunas
preguntas. </span>
</div>
<div class="western" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, serif;"><br /></span></div>
<div class="western" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, serif;"> ¿Quién le da de comer y de beber a
esta ciudad? ¿Cuántos chanchos deben morir para que cada día, en
esta isla, los sánguches se llenen de carne de chancho? ¿Dónde se
carga nafta en Manhattan? </span>
</div>
<br />Unknownnoreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-27112036.post-17224245423100352562018-03-09T12:56:00.002-03:002018-03-09T12:56:15.923-03:00Lunes 6 de noviembre, 20:00 horas
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<br />
<div class="western" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: left;">
<span style="font-family: Georgia, serif;">Williamsburg de noche parece ser siempre
una víspera de la navidad, y eso no deja de ser divertido porque
está lleno de judíos ortodoxos. Si la navidad es yanqui a fuerza de
películas malas, entonces la previa ornamentada sucederá por
siempre en este barrio. Algo así como: absorbemos vuestro universo
simbólico porque debemos seguir absorbiendo vuestro dinero, pero
recuerden que, aún, no hay mesías que valga. Hacemos de nuestro
barrio un festejo de chucherías, pero no vamos a festejar el éxtasis
del Natalicio. Así, imaginamos, hablan para sí los ortodoxos que
viven y embellecen el barrio. Hay objetos que introducen las
costumbres de las familias, en cada jardín delantero de las casas.
Hay silencio, y rejas que impiden el paso a las escaleritas que
preceden a las puertas de calle. Se ve el comienzo de lo privado,
desde el tránsito público, pero se marca su umbral con rejas bellas
y anchas. El hierro marca el pulso de esta ciudad hasta el extremo de
la mirada. </span>
</div>
<div class="western" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: left;">
<span style="font-family: Georgia, serif;"><br /></span></div>
<br /><br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhvLxB5GiBkKXP0BU51GUijN2jpfSOzyzAY3jW4rvTdN8DQOS-sS4ODh29neEeokNNDDh8HWEuQtkQV1neTRYiHFhB0Nj1vTqGHQ550Rtu43uKNH3oX3GP9MTNhTeuIHQA2gy34pg/s1600/IMG_20171106_235541_821.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1600" data-original-width="1600" height="398" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhvLxB5GiBkKXP0BU51GUijN2jpfSOzyzAY3jW4rvTdN8DQOS-sS4ODh29neEeokNNDDh8HWEuQtkQV1neTRYiHFhB0Nj1vTqGHQ550Rtu43uKNH3oX3GP9MTNhTeuIHQA2gy34pg/s400/IMG_20171106_235541_821.jpg" width="400" /></a></div>
<br />Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-27112036.post-79560445008333313022018-03-06T18:40:00.002-03:002018-03-09T12:53:24.733-03:00Lunes 6 de noviembre, 14:00 horas<style type="text/css">
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<br />
-->
<div class="western" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: left;">
<span style="font-family: "georgia" , serif;">Times Square empobrece la ciudad. Ni su
luz sirve. Los policías se cobijan el pecho con sus metralletas,
porque ayer hubo otra masacre en Texas con 26 muertos (el Daily News
tituló “Unending horror”). Las parejas de recién casados se
hacen tomar fotos en un contraluz con la bandera patria de leds que
refulge en una pared muy especial: se trata de un centro de
reclutamiento de soldados, en el mismísimo núcleo central de Times
Square. El centro de reclutamiento es la yema del lugar. Y ahí las
parejas se besan, posan tensas, ramo en mano las chicas. Y el Rey
León sigue en cartelera, desde hace 25 años. </span>
</div>
<div class="western" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: left;">
<span style="font-family: "georgia" , serif;"><br /></span></div>
<div class="western" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: left;">
<span style="font-family: "georgia" , serif;"> Si uno mira los edificios, sólo ve luz
que se mueve. Es la paradoja del empobrecimiento. Dos esquinas que
banalizan el color. </span>
</div>
<div class="western" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: left;">
<span style="font-family: "georgia" , serif;"><br /></span></div>
<div class="western" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: left;">
<span style="font-family: "georgia" , serif;"><br /></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhA_QZ4C8z5yGK1KkfgB93TdT-RtBgOmnMU5vpoL9FKlHqEqPeKaooC1gs7ia4rcmYmPUJd8FST64zrLd4CIJbTPohFUWTNO318AHMFyQpooG2n95q69mNtSScy-gBtqp5DdVjH4w/s1600/IMG_20171106_234732_089.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1600" data-original-width="1600" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhA_QZ4C8z5yGK1KkfgB93TdT-RtBgOmnMU5vpoL9FKlHqEqPeKaooC1gs7ia4rcmYmPUJd8FST64zrLd4CIJbTPohFUWTNO318AHMFyQpooG2n95q69mNtSScy-gBtqp5DdVjH4w/s400/IMG_20171106_234732_089.jpg" width="398" /></a></div>
<div class="western" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: left;">
<span style="font-family: "georgia" , serif;"><br /></span></div>
<br />Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-27112036.post-3877116369918571432018-02-26T17:29:00.001-03:002018-02-26T17:29:10.247-03:00Domingo 5 de noviembre, 13:10 horas <div style="text-align: left;">
<span style="font-family: Georgia, "Times New Roman", serif;">Apenas habían pasado unos minutos desde que pisamos la ciudad y ya estaba en el borde la ficción: llegamos y llovía, una garúa fina y casi templada que no dejaba costura sin humedecer, y apareció este hombre frente a mí, molestia en su mirada, un primer gesto de levantarse las solapas del piloto marrón. Estábamos a una cuadra del departamento donde iríamos a dormir. Una cuadra, iríamos a, lo que quiere decir que ni siquiera habíamos alcanzado a tener casa que apareció este hombre, molesto con la garúa, y me pasó por al lado, y se levantó las solapas de su piloto marrón. Nadie lo miró. Nicolás siguió caminando. </span></div>
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><div style="text-align: left;">
<br /></div>
<div style="text-align: left;">
Era Gabriel Byrne, que sin duda vive por acá cerca. Sí: somos vecinos. Era Byrne: ese hombre sospechoso que fue vilmente superado por la picardía de Keyser Söze en aquella memorable película de la indagatoria eterna. Byrne: el primer rey que bajó, hace apenas un lustro, Ragnar Lothbrok en Kattegat. Los mismos ojos celestes, preocupados y ácidos pero fuera de la pantalla, fuera de la imaginación, a mi lado, sin registrarme. Pensando en la garúa. Nunca fui cholulo, no me sale serlo. Ni siquiera le pedí una foto a Spinetta después de haberle ordenado el camarín. Pero ese hombre hinchado las pelotas por una garúa de domingo en NoLIta me dejó con un pie adentro y un pie afuera de la trama de la vida: ¿por qué tan molesto, Gabriel, si apenas había pasado medio día del horrible domingo? ¿Entonces ese rostro de preocupación, que tanto dinero te dio, sale solo, sin que lo pienses, sin que lo fuerces? ¿Qué tengo que sentir ahora, que estás en mi recuerdo con un estatuto no muy distinto al de la pantalla? Qué injusto y a la vez feliz fue cruzarte, y ver que esa mirada pervive por fuera de la ilusión ficcional. Gabriel, hoy puedo saber que sos un verdadero actor. No hay fuera de escena para vos bajo una garúa de domingo. </div>
<div style="text-align: left;">
<br /></div>
<div style="text-align: left;">
Ahora voy a dormir. Afuera, en la calle, apenas brota un murmullo de la Bowery Street. Mañana vamos a mirar discos a Brooklyn y el radiador de la calefacción que rezonga a mi lado, ahora, lo sabe.</div>
<div style="text-align: left;">
<br /></div>
<div style="text-align: left;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi4o55vp1kHth0mr2wIxApjvQ1WV7IonW7GnT156fUl0Awzzl_6L-GWRMBXDVblEwTpQtF8xPnFWPX1p_QekRRhjVah6Z0J5SFHvYYgSwEejMLhGKK9WhVNdJ9L62rcdTu5isSN-Q/s1600/Gabriel%252BByrne%252BOut%252BCoffee%252BNew%252BYork%252BWYhZ4rgxnZ_l.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="594" data-original-width="394" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi4o55vp1kHth0mr2wIxApjvQ1WV7IonW7GnT156fUl0Awzzl_6L-GWRMBXDVblEwTpQtF8xPnFWPX1p_QekRRhjVah6Z0J5SFHvYYgSwEejMLhGKK9WhVNdJ9L62rcdTu5isSN-Q/s400/Gabriel%252BByrne%252BOut%252BCoffee%252BNew%252BYork%252BWYhZ4rgxnZ_l.jpg" width="265" /></a></div>
<div style="text-align: left;">
<br /></div>
<div style="text-align: left;">
<br /></div>
</span>Unknownnoreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-27112036.post-47281799885715922702018-02-23T20:21:00.000-03:002018-02-23T20:21:05.832-03:00Domingo 5 de noviembre<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Acá, sobre el mar, son las horas que no sabemos, porque en la pantallita de cada butaca sólo aparecen referencias de los lugares de origen y destino. Está la hora de Buenos Aires, y la hora del lugar que nos espera. En este preciso momento estamos justo sobre la ciudad de San Juan de Puerto Rico. Según la pantallita, ahora sí el mar se va a poner profundo. <br /><br /> Miramos los datos, las cifras, y el avión parece ir perdiendo velocidad porque cada dos o tres minutos desaparecen algunas millas, como si gotearan en el aire. <br /><br /> –Estamos perdiendo velocidad –le digo a Nico. <br /><br /> –¿Vos decís que va a faltar combustible vegetal? –pregunta él. <br /><br /> Es lindo: imaginamos que esta máquina funciona en realidad a carbón. Uh, garronazo, dice el comandante en la cabina, e inmediatamente se toma la cabeza con una mano que tiene apoyada (un codo, en realidad, más una mano) en uno de los apoyabrazos de su butaca de piloto: nos quedamos cortos de carbón, le dice a su ayudante. Nos quedamos sin fuego. E inmediatamente, también, lo traduce al inglés, como cada cosa que debe informar a la cabina. Se estremecen los parlantitos, en cada fila: nos faltaron como 10 bolsas de cuatro kilos, dice el comandante. Cómo mierda hacemos ahora, se confiesa. <br /><br /> –El viernes compré una bolsa de carbón en el Disco –le digo a Nico–. De haber sabido la traía y avanzábamos un toque más. Me salió 60 pe, sigue subiendo el precio, pero es una lástima porque ahora necesitaríamos sólo 600 pe para llegar a Manhattan. <br /><br /> –No es tanto –dice Nico–: acá somos como 300 personas; con 20 pe por pera llegábamos. <br /><br /> –Sigo creyendo fervientemente que los aviones deberían tener volante como los autos –le digo a Nico–. Con los comandos para atender llamadas y para regular el volumen. Con dirección asistida. Si este avión tuviera volante ahora mismo, y carbón, con un saque hacia la derecha nos podríamos ir a Madrid. <br /><br /> Apunto todo esto en un cuaderno cuyo modelo se llama Tundra; hay otros modelos en la serie que los comercializa, con otros biomas, pero me tocó escribir en éste. En su primera hoja ofrece algunas pistas a sus futuros invasores, en este caso quien narra: tundra quiere decir, según se explica acá mismo, en el comienzo, “tierra alta”, o “llanura sin árboles”. <br /><br /> Escribo esto desde la llanura más alta, la verdadera llanura sin tierra. Acá donde paradójicamente necesitaríamos, desde la fantasía que impone la mente, unas bolsas de árboles quemados y en trozos para poder avanzar más. <br /><br /><br />Después de hablar de estos temas rutilantes nos quedamos en silencio como una hora. Después de esa hora Nico me dijo que había intentado volver a jugar al fútbol, pero que tiene una molestia en la rodilla. <br /><br /> –Es una mierda esto de ser biodegradable –dijo. <br /><br /> Y todavía seguimos perdiendo velocidad.</span><div>
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span></div>
<div>
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhLfZpcWVg6kzmo33WO637fzaRexN0e_pw3AU95Q4JwS53VKLEUFL-bm_6_-ERdH6BvfgzwPogsnOg3RxLETpIJ6BUfNSEr0VrdKPQVWp2tcUIc-ZI9_UASTx1wVgzuPOpoucOSMA/s1600/IMG_20171113_054716_874.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1600" data-original-width="1600" height="319" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhLfZpcWVg6kzmo33WO637fzaRexN0e_pw3AU95Q4JwS53VKLEUFL-bm_6_-ERdH6BvfgzwPogsnOg3RxLETpIJ6BUfNSEr0VrdKPQVWp2tcUIc-ZI9_UASTx1wVgzuPOpoucOSMA/s320/IMG_20171113_054716_874.jpg" width="320" /></a></div>
<div>
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span></div>
Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-27112036.post-74500315106665480882015-01-19T13:57:00.003-03:002018-02-26T17:51:18.811-03:00Las cosas pasan<div style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<div style="text-align: left;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><span style="font-family: Arial, sans-serif;">En
2013 visité un par de veces la sala del pintor Miguel Ocampo en La
Cumbre, y tuve la increíble suerte de charlar con él en esas dos
oportunidades. La sala, sobria y hermosa, es parte de su casa: la
rutina diaria de Ocampo incluye caminatas y cuestiones
doméstico-artísticas en el almacén de sus cientos de cuadros, en
las muestras de turno y en la oficina de catálogos y ventas, donde
controla, reordena, charla con los cercanos y con los visitantes y,
sobre todo, toma pausas de trabajo, porque me dijo que seguía
pintando cada día, un poco más lento pero con la misma constancia
de siempre. La primera vez que fui estaba en exposición una
retrospectiva-homenaje por su cumpleaños que daba cuenta de todo su
recorrido en la pintura, con sus distintos momentos, intereses y
resultados (no tanto materiales, porque hace muchísimos años, creo,
trabaja sólo el acrílico). Esa vez pude hablar bastante con él y
recorrer el salón a su lado. </span>
</span></div>
</div>
<div style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<div style="text-align: left;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span></div>
</div>
<div style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<div style="text-align: left;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><span style="font-family: Arial, sans-serif;"> Tiempo
antes, y gracias al pintor Marcelo Barchi, había podido enfocar mi
atención en algunos de sus cuadros perturbadores por la potencia y
el dinamismo del color. Marcelo había visitado a Ocampo para
mostrarle su trabajo y al regreso me aconsejó, o mejor dicho me
ordenó, que fuera a ver “una tela” en particular. “Andá a ver
en vivo y en directo <i>Vacío germinal</i>”, había dicho Marcelo.
</span>
</span></div>
</div>
<div style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<div style="text-align: left;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif;"><br /></span></div>
</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj8cPT6EIfXEYpRrdpPsr_g4vAHtuGjSUObnVBJoLWpdroqe8eNIH4juIzRYbSj0heIO368Rfxn1zhnQvUHmBOZ6_zYbgeA16EUm0E9SdpoG2LZYfZ0qyF5-3bk8YRJ9Tl48CGY4A/s1600/Vac%C3%ADo+germinal.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="397" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj8cPT6EIfXEYpRrdpPsr_g4vAHtuGjSUObnVBJoLWpdroqe8eNIH4juIzRYbSj0heIO368Rfxn1zhnQvUHmBOZ6_zYbgeA16EUm0E9SdpoG2LZYfZ0qyF5-3bk8YRJ9Tl48CGY4A/s1600/Vac%C3%ADo+germinal.jpg" width="400" /></a></div>
<div align="justify" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<div style="text-align: left;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><i style="line-height: 150%;">Vacío
germinal</i><span style="line-height: 150%;"> no tiene nada que ver con la imagen que puse acá. Es
casi una falta de respeto mirar esa mancha plana de un azul casi
tonto que pude encontrar en Internet, pero quería ilustrar de algún
modo de qué va la cosa. </span><i style="line-height: 150%;">Vacío germinal</i><span style="line-height: 150%;"> tiene sobre todo
azules pero va más allá de eso: es vibrante casi hasta la
alucinación por el centro magnético del cuadro, que provoca, frente
a la percepción sostenida, el nacimiento de nuevos e indefinidos
colores que a su vez van mutando si uno sigue ahí, atento: los
azules viran a los violetas y luego al granate, a los marrones y a
partir de ahí ya puede pasar cualquier cosa. O por lo menos eso me
pasó a mí.</span></span></div>
</div>
<div style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<div style="text-align: left;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span></div>
</div>
<div style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<div style="text-align: left;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><span style="font-family: Arial, sans-serif;"> Cuando
caminé junto a Ocampo por la sala, en aquella primera visita, él
avanzaba respondiendo a mis preguntas y se detenía en algunos
cuadros precisos para dar ejemplos de sus respuestas. Recuerdo que
frente a un cuadro ocre, que salía, según la chica de ventas,
treinta mil dólares, se detuvo para refutar mi percepción sobre la
cantidad de material en la tela. Pareciera que hay mucho pintura en
las telas, que son todas bastante pesadas, dije en un momento, y el
viejo dijo ¡claro que no! y se detuvo frente al cuadro ocre. Mirá
éste, por ejemplo, dijo, y lo golpeó con un nudillo como llamando a
una puerta de tela, como suelen hace los pintores: mirá cómo
reacciona al contacto, éste es liviano, dijo. </span>
</span></div>
</div>
<div style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<div style="text-align: left;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span></div>
</div>
<div style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<div style="text-align: left;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><span style="font-family: Arial, sans-serif;"> Después
le pregunté cuándo consideraba que un cuadro estaba terminado.
Dijo, categóricamente, una palabra: nunca. Nunca un cuadro está
terminado. ¿Nunca nunca?, insistí. Nunca, dijo. Fijate que en estos
días, por ejemplo, estuve trabajando unas telas que tienen cerca de
quince años. Y hasta lo he hecho con otras telas mucho más viejas.
Nunca voy a decir que un cuadro está terminado porque es mentira,
dijo. </span>
</span></div>
</div>
<div style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<div style="text-align: left;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span></div>
</div>
<div style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<div style="text-align: left;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><span style="font-family: Arial, sans-serif;"> En
ese momento pasábamos frente a <i>Vacío germinal</i>, que estaba
cerca de una esquina, y me detuve a propósito mientras escuchaba sus
sentencias. ¿Y éste?, le pregunté. El viejo quedó inmóvil frente
al núcleo perturbador. Lo miró por vaya a saber uno qué vez, y
respiró hondo. </span>
</span></div>
</div>
<div style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<div style="text-align: left;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span></div>
</div>
<div style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<div style="text-align: left;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><span style="font-family: Arial, sans-serif;"> Éste
es mi preferido de todos, dijo. </span>
</span></div>
</div>
<div style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<div style="text-align: left;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span></div>
</div>
<div style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<div style="text-align: left;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"> Pero
puede ser retocado en algún momento, según lo que usted dice, ¿no?,
se me ocurrió decir, e inmediatamente me tiró rayos con los ojos.</span></div>
</div>
<div style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<div style="text-align: left;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span></div>
</div>
<div style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<div style="text-align: left;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"> A
éste no lo toco, dijo.</span></div>
</div>
<div style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<div style="text-align: left;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span></div>
</div>
<div style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<div style="text-align: left;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><span style="font-family: Arial, sans-serif;">Tuve
la suerte de haber vivido ese momento como una revelación del
paraíso sensible, un recorte de la experiencia que concentró la
intensidad y la unicidad suficiente como para generar un recuerdo
imborrable. Ayer por la noche, en la casa de Martín Cristal, creo
haber estado cerca de un momento parecido, de ésos que llevan a
ignorar la vergüenza pura e infantil del entusiasmo. </span>
</span></div>
</div>
<div style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<div style="text-align: left;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span></div>
</div>
<div style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;">
<div style="text-align: left;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"> La
fotografía que aparece junto a <i>Vacío germinal</i> es de un
fotógrafo mexicano llamado Rogelio Cuellar, con el que Martín
trabajó y tuvo contacto. Yo no conocía la foto, y ayer por la noche
la vi colgada en su estudio-biblioteca y quedé culo para arriba, o
boquiabierto, para los formales. Qué es esto, dije, mientras él
buscaba unos libros; qué es qué, dijo desde allá. Esta foto, ¿es
real?, se me ocurrió decir, mientras leía la letra manuscrita de
Cuellar en la que dedicaba a Cristal la copia-autor ahí presente,
con fecha, enmarcado, confirmándolo todo. No lo puedo creer, dije.
Hablando de formalidades, alguien fotografió a Borges ciego y meando
en una larga fila de mingitorios, sosteniendo el bastón con el
sobaco como si fuera un diario o una flauta de pan. </span>
</div>
</div>
<div align="justify" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<span style="font-family: "arial" , sans-serif;"><br /></span></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj-qxY_Q_mO8Nok4erDC2Cwciq-10fvY68pZXHm0VRsItOJUvGDp6t-dr28rpgZv25cR-Pb02sFUj1RHxOzikuquWbdDjvdmq4cxBjPlzhIRlkU9DoODQ6e-FzJAKoh-0I_YYqI9w/s1600/Borges+meando.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="256" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj-qxY_Q_mO8Nok4erDC2Cwciq-10fvY68pZXHm0VRsItOJUvGDp6t-dr28rpgZv25cR-Pb02sFUj1RHxOzikuquWbdDjvdmq4cxBjPlzhIRlkU9DoODQ6e-FzJAKoh-0I_YYqI9w/s1600/Borges+meando.png" width="400" /></a></div>
<div align="justify" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<br /></div>
<br />
<div align="justify" style="line-height: 150%; margin-bottom: 0cm;">
<div style="text-align: left;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><span style="font-family: Arial, sans-serif;">Entonces
Martín me contó la historia de la foto: cómo la conoció, cómo
llegó al autor, cómo trajo una copia original y firmada desde
México. Es una toma difundida (está en Internet) pero a la vez no
tanto; supongo que habrá sido publicada en Argentina hace ya varios
años. Pero a mí me tocó ahora, en medio, además, de la
preparación de un libro de fotos de Daniel Moyano. Por supuesto que
no voy a contar la historia de cómo un fotoperiodista le disparó a
Borges en ese lugar; no es mía, no me corresponde y no tengo
autorización. Lo que sí voy a repetir, en este final, es que ayer
por la noche volví a quedar boqueando como un nene, contra una
pared, mirando un rectángulo sorprendente, mientras alguien, a mi
lado, hablaba sobre el milagro de estar ahí, en el momento justo,
mientras las cosas pasan. </span> </span></div>
</div>
Unknownnoreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-27112036.post-72111193389103138922014-12-14T18:21:00.000-03:002014-12-14T18:21:33.694-03:00Hoy<div style="text-align: justify;">
Llegó el día. No aguanto más. En términos de expectativa por la gloria posible, este fue el mejor año futbolístico de mi vida. Perdimos el mundial por muy poco. Lo vi y lo disfruté de un modo inmejorable, rodeado por mis queridos, con un poco más de calma que los mundiales anteriores. Hoy, con ese espaldarazo, estamos frente a la posibilidad de consagrar a Diego Milito como el último gran héroe de este Racing posmoderno. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Antes del mundial no tenía expectativas. La especulación y la sobriedad de Sabella me fueron cargando de pasión: terminé llorando por la posibilidad perdida, por no ver a Messi levantar el objeto más hermoso del mundo (la copa FIFA) pero orgulloso por el equipo, por Messi, por Mascherano, por Romerito, por todos los que lograron ese equipazo, compacto como pocos, ganador. Cuando empezó este torneo de transición vi los dos primeros partidos y les dije a los amigos, como cada año: podemos ser campeones. Hay material. Después vino el partido con Tigre en la tercera fecha y perdimos 4 a 0. Después le ganamos a Arsenal, y después los carneros fanáticos de Racing, que en el fondo anhelan un club chico, se ocuparon de ensuciar el comienzo del trabajo del entrenador. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Si hay algo que detesto del hincha de Racing fanático y pedestre, ansioso y boicoteador, mediopelo, es su reproducción imbécil de lo que hacen los demás hinchas, y su mala lectura del pasado. Hay un perfil de hincha de Racing que no entendió de qué manera se hizo grande el club. Son cortoplacistas, exigen la recuperación inmediata de una gloria que duró varios años y que se fundó en muchos más. Y no entendieron el tono de la grandeza. Se creen una mezcla de Boca River. La última semana de agosto, Diego Cocca, nuestro entrenador, declaró a la prensa lo que pensaba en la víspera del clásico con Indebendiente. Dijo lo que cualquier sensato hubiese dicho, teniendo en cuenta la paternidad del rojo sobre nosotros y el presente del equipo en formación: dijo “prefiero perder con Indebendiente pero pelear el campeonato”. Perdimos. Jugamos mal. ¿Y qué dijeron los hinchas? Que se vaya Cocca. Los clásicos se ganan, antes que cualquier cosa. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
El episodio representó la mierda más pedestre del hincha de Racing, que además de estar acostumbrado a perder con Indebendiente y Riber, tiene la osadía de ofenderse. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Colgaron banderas pidiendo la salida del entrenador. Colgaron banderas castigando al arquero, que fue el único tipo que trabajó todos los días desde que llegó al club para que no nos empachen de goles durante los mandatos de los técnicos de mierda que contrataron entre Zubeldía y Cocca. Los clásicos se ganan, andate Cocca. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Y ahí están esos putos ahora, oliendo el éxito, disminuidos y aterrorizados por la posibilidad del fracaso, como todos los que hicieron de Racing un equipo chico. </div>
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhYlTvWZP4W-A7d91MmW1YY0AjMV2bsfNANEpLKPCCauhYClXx-nMfGFkU1iA1352JKYvPEaKXR4cD_GbgKGZHB8cKkh3JTcc5_fvgKqR-MGpVjSouMhfUqdJZ1Af8q9iShM40DjA/s1600/Saja-cansaste-Prefiero-torneo-Cocca_OLEIMA20140907_0213_8.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhYlTvWZP4W-A7d91MmW1YY0AjMV2bsfNANEpLKPCCauhYClXx-nMfGFkU1iA1352JKYvPEaKXR4cD_GbgKGZHB8cKkh3JTcc5_fvgKqR-MGpVjSouMhfUqdJZ1Af8q9iShM40DjA/s1600/Saja-cansaste-Prefiero-torneo-Cocca_OLEIMA20140907_0213_8.jpg" height="298" width="400" /></a></div>
<br />
<br />
<div style="text-align: justify;">
Pase lo que pase, este momento es muy especial simplemente porque estamos disfrutando. Porque se puede disfrutar. Racing fue un club grande de verdad, alguna vez. No lo digo por decirlo: me lo contaron. Mi papá. Algunos amigos futbolistas de mi papá. Algunas cosas las vi con mis propios ojos. Tuvimos equipos de temer. Racing tenía una sede de primer nivel, infraestructura de club social, un estadio grande de verdad, canchas, piletas muy importantes para la época, colonias de vacaciones, excelentes inferiores, dirigentes eficientes. Racing fue un club grande de verdad. Ahora hay algunas cosas que le devuelven cierto olor a esa grandeza: sobre todo, las ganas de ser positivos. En este momento, entonces, en que los hinchas carneros cuelgan banderas de disculpas, me quedo con el repaso mental y fotográfico que hago cada vez que estamos cerca de algo grande. Son pocas las veces, por eso lo hago. No sé qué pasará esta noche, pero sé que me hice hincha de un club por su pasado grande, y por sus últimas décadas de sufrimiento y aguante, más allá de todo. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Dejo unas fotos que me dan alegría, para colaborar con la buena onda. En una aparezco sobre el verde césped, el día que mi papá nos llevó a conocer a la gran Tita Matiussi, institución de aquel Racing grande. Fuimos en familia. La Tita vivía en un departamento abajo de la tribuna, en una de las esquinas del campo de juego. La parte de atrás de su casa daba justo a la esquina, donde pasaba el foso de agua. Ella ponía un tablón y así llegaba a la cancha, que era su patio y la oficina de su padre. El verde césped fue su patio durante décadas y décadas. Su padre era el canchero del club, desde mucho tiempo antes. Creo que antes de que construyeran el Cilindro. Tita Matiussi lavaba las camisetas de los jugadores. Los aconsejaba. Les ponía la oreja. Sabía todo. Les daba la merienda a los chicos de las inferiores. Por ahí pasó mi padre. Una tarde me llevó a conocerla, y la pude abrazar. Entré a su departamento. Estaba pintado de celeste y tenía cientos de retratos de jugadores que habían pasado por ahí. Entré a la cancha gracias a su propio tablón de madera. En la foto aparezco con una de las remeras que más usé en mi vida: la de mi ídolo en mi primera adolescencia. El mago Rubén Oscar Capria. Eso sí es memorable: admiraba tanto la pegada de Capria que hasta un día me topé con una remera con su nombre, en un super de Avellaneda, y la hice mía. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEidlJIOkw-twfjEzFqC8mJuxDjRYkgnFzI0ZGFOhWyEk7n9zi9X2SMr6OLPR4KLorNQbekJAqLIRxJKGltTtfpV9jT-Ls_75z7N4ByEGEBAGkW86kJLaEvNCVVCb3gxhIYLfY06ag/s1600/titi+cancha+de+racing.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEidlJIOkw-twfjEzFqC8mJuxDjRYkgnFzI0ZGFOhWyEk7n9zi9X2SMr6OLPR4KLorNQbekJAqLIRxJKGltTtfpV9jT-Ls_75z7N4ByEGEBAGkW86kJLaEvNCVVCb3gxhIYLfY06ag/s1600/titi+cancha+de+racing.jpg" height="400" width="320" /></a></div>
<br />
<br />
<div style="text-align: justify;">
La otra foto es aún más memorable: una formación de la primera de Racing, año 1968. El Racing campeón del mundo, el Racing grande. El equipo de José. Antes los equipos formaban con los dos arqueros. Se me escapan algunos nombres, pero otros no: arriba, de izquierda a derecha, Montilla, arquero cordobés que ese día jugo; Basile, Perfumo, el panadero Díaz, Nelson Chabay, no me acuerdo cómo se llama el otro y, por último, mi viejo, Horacio Vigna.
Abajo: creo que Raffo, Rulli, el Chango Cárdenas, uno que tampoco me acuerdo cómo se llamaba y el bocha Humberto Maschio, que era el Milito de ese momento (ya había pasado por Europa). El niño mascota es otra gran incógnita: ahora debe tener como 50 años y debe estar también ansioso, como la puta madre. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
Vamos con todo. Salute.
<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEieVuQkH4gFFh9KoG6AN4TShVxAAflP4nz-awxcxfcvVK9R1KQ9Khe4b6EV2-AgzHP98fu1CZxreCrHQoi4AOhSVEYKq8RLoGnvztrhuuXa5whrHsWMyTgtEmCJ3sUpoR8GdJgvwQ/s1600/Racing+1968+con+Horacio.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEieVuQkH4gFFh9KoG6AN4TShVxAAflP4nz-awxcxfcvVK9R1KQ9Khe4b6EV2-AgzHP98fu1CZxreCrHQoi4AOhSVEYKq8RLoGnvztrhuuXa5whrHsWMyTgtEmCJ3sUpoR8GdJgvwQ/s1600/Racing+1968+con+Horacio.jpg" height="291" width="400" /></a></div>
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<br />Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-27112036.post-82654078456549137852014-12-11T11:07:00.002-03:002014-12-11T12:22:20.371-03:00¿Primero un pie, después otro, la sonrisa dañada?<br />
¿Y cómo se pasa por encima del dolor?Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-27112036.post-22453061613344321372014-12-09T21:39:00.001-03:002014-12-09T21:39:56.597-03:00Nada vale más que una vida. <iframe allowfullscreen="" frameborder="0" height="344" src="https://www.youtube.com/embed/8U5rH4z3_uA" width="459"></iframe>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-27112036.post-90127381485241839632014-12-08T18:16:00.001-03:002014-12-08T18:18:51.581-03:00Despertar y tenerte aquí<div style="text-align: justify;">
Cuando despertó, Dinosaurio se había ido. Lo habían bautizado con ese nombre tres o cuatro noches antes, sentados en el porch de la cabaña. Se acercó a una velocidad ridícula, primero entre los árboles y luego por el césped, hasta el comienzo de la escalera. Recién allí notaron su problema en las patas.
</div>
<div style="text-align: justify;">
Por algún desorden de crecimiento, quizás una mutación genética, llegó lanzándose de cara contra el suelo, a cada paso. Sólo así podía avanzar. Un paso, un golpe autoinfligido. Discutieron el nombre mirándolo, con la noche inmóvil y los grillos de fondo. Dinosaurio o Tiranosaurio. Ella se inclinaba por la designación amplia, él por rendirle homenaje a esas dos patitas delanteras inconclusas, tan cortas que no le permitían adoptar el perfil de un cuerpo convencional (hasta propuso llamarlo “Rey”). Decidió ella, desde su sillón, mirándole los ojos hambrientos y espejados. </div>
<div style="text-align: justify;">
—Dinosaurio —dijo. </div>
<div style="text-align: justify;">
Había aparecido sin explicación. Lanzándose de cara una y otra vez hasta la escalera del porch. Allí pasó los días, acompañándolos, comiendo los restos de la pareja. </div>
<div style="text-align: justify;">
Cuando él despertó (tarde y solo, como siempre) quiso sentir la frescura del aire y darle los buenos días. Lo había hecho cada mañana desde su llegada. Hizo crujir las maderas del porch con los pies desnudos. Miró el bosque, y luego el entorno inmediato a la cabaña: nada. No había ojos, ni respiración cansada, ni pasto apelmazado. La comida todavía estaba allí. Pero ni un sonido de Dinosaurio al caminar.</div>
Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-27112036.post-28191021343466197562014-11-26T14:17:00.002-03:002014-11-26T14:17:22.017-03:00Militancia<div style="text-align: justify;">
Hace doce años y once meses me encontraba llorando frente a un televisor 29 pulgadas, en el barrio Jardín de la ciudad de Neuquén, y por estar tan lejos de Avellaneda no me quedó otra que filmar el televisor, con una Sony HandyCam temblequeante. Recuerdo la textura de la manopla de tela y cuero de la filmadora, rozándome los dedos flacos. ¿Tierno? ¿Triste? No. Coherente. Soy hincha de Racing. Siempre nos falta algo. Soy hincha de Racing quizás porque mi papá jugó en Racing, pero ahí está el alma de Racing: mi papá es hincha de Boca. Hace doce años y once meses me era tan increíble lo que estaba viendo que, mientras lloraba, y veía a Bastía, Milito, Campagnuolo y Vitali en calzones montados al travesaño oeste de estadio José Amalfitani, también filmaba el televisor. Hoy esa escena es más palpable que el campeonato logrado. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Hoy, a cuatro días de que Racing juegue en el Gigante de Arroyito con Central, todo se remueve. Hace casi trece años que no podía vivir la sensación de tener chances de algo. La expectativa de estar en carrera hasta el final para alcanzar un campeonato. Escribo esto por los condimentos especiales: nunca me hubiese imaginado que este momento llegaría en Córdoba, donde nunca supe que iba a establecerme; nunca supe que este momento iba a tardar tanto. Nunca imaginé que llegaría este momento, tanto tiempo después, con Milito representándonos en el área contraria, y por sobre todas las cosas nunca imaginé que iba a tomarle tanto cariño a Belgrano de Córdoba, y al patetismo del fútbol cordobés, como para que hoy, a cuatro días del domingo, sienta una alegría especial por el hecho de que este Racing, imperfecto como siempre pero ofensivo como casi nunca, tiene entre sus filas a dos leones: Luciano Lollo, a quien vi fallar innumerables rechazos en el Gigante de Alberdi, y Ezequiel Videla, que se merece todo el placer del mundo por el trabajo que está haciendo.
Lollo y Videla, los dos cordobeses que vi de cerca en los últimos años, constituyen la columna vertebral de este Racing que llega con chances. La punta de la columna es Milito, al que filmé en bolas hace trece años. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
No importa si no llegamos. Con esto adentro del cuerpo, y con este texto, suficiente como para tirar unos años más. </div>
Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-27112036.post-60231175711823116632014-10-02T13:26:00.003-03:002014-10-02T13:27:22.462-03:00Libro nuevo, vida vieja<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhpNTXgy-qj7N74d34dOSg5B3Okd2jdZKT3l82hrr-QbjJaU4LsyAncwWlNl_LQ2XLymtkJSp8Dc92tAMuK2MFt1LvsYkSklKZvy-h7bHj8sJAUV2kQ6ufSoQvobQ5HCSuw_HKJ_A/s1600/Flyer-DV2-.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhpNTXgy-qj7N74d34dOSg5B3Okd2jdZKT3l82hrr-QbjJaU4LsyAncwWlNl_LQ2XLymtkJSp8Dc92tAMuK2MFt1LvsYkSklKZvy-h7bHj8sJAUV2kQ6ufSoQvobQ5HCSuw_HKJ_A/s1600/Flyer-DV2-.jpg" height="361" width="640" /></a></div>
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<div style="text-align: center;">
(Gracias a Martín Cristal y Víctor Guzmán por la elaboración del flyer)</div>
Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-27112036.post-63303065361303257752014-08-06T21:49:00.002-03:002014-08-06T21:51:47.323-03:00<div style="text-align: justify;">
El libro “Los Próceres” está dedicado a mi abuelo Rodolfo Arrufat. Él fue quien disfrutaba más del fútbol en mi familia cuando yo era chico, aun con los antecedentes de mi padre, ex arquero profesional: a él lo miré para aprender a asimilar la enfermedad de la pelota, y las formaciones, y los nombres, y las camisetas. Rodolfo era un tipo abatido, apagado, casi todo el tiempo, pero cuando hablaba de fútbol, o recordaba viejos equipos, se le llenaba el cuerpo de vida. Tenía un televisor marca Saba, de 29 pulgadas, en el living de su casa (un living apagado, abatido), que ya era un aparato viejo cuando lo conocí: carcasa de madera, pantalla inmensa y semejante a una mitad de pelota de fútbol vidriada. En esos años (fines de los ochenta), las pantallas de los televisores eran tan curvadas, tan convexas, que parecían una pelota saliendo de una caja. El televisor Saba exageraba esa sensación, por su enormidad. Ahí nos sentábamos los dos, a oscuras, para ver los partidos de los torneos de verano en Mar del Plata (lo visitábamos en vacaciones), y a veces algún partido del seleccionado argentino. Recuerdo con muchísima precisión dos partidos. Un superclásico que Boca le ganó holgadamente a River 2 a 0, en Mar del Plata, con un gol de Batistuta que infló la red mientras el referí, Juan Carlos Loustau, se cubría del bombazo dentro del arco, y un partido de la Copa América Chile 1991 en el que Argentina venció a Perú 3 a 2 con un gol de Diego Fernando Latorre (acabo de darme cuenta que Maradona le puso a su último hijo el nombre de Gambetita) y uno del ¡Turco Claudio Omar García! Esos dos partidos los vimos en el Saba 29 pulgadas, a oscuras. Y como siempre, porque era una ley, veíamos la transmisión por tele pero escuchábamos el relato por radio. Mi abuelo Rodolfo, ya desde esa época, no soportaba a los relatores de la tele; sobre todo al carnero macrocéfalo de Marcelo Araujo. Lo que yo no sabía en esos primeros años de vida era que su relator preferido terminó siendo mucho más detestable que Araujo: mi abuelo Rodolfo escuchaba a José María Muñoz. </div>
<div style="text-align: justify;">
Una de las cosas que hacía Rodolfo para mí, especialmente los sábados antes del almuerzo, era prepararme un vaso trago largo de granadina con soda. Y una de las cosas que yo hacía para él, especialmente los sábados después del almuerzo, cuando todos se iban a dormir la siesta y sólo quedaba el canto reprimido de sus canarios en el patio interno de la casa, era dibujarle futbolistas, en pequeñas hojas lisas, con una birome azul. Esa era mi forma de agradecerle su atención y sus ganas de hablar de fútbol conmigo. Todavía tengo la sensación certera, y orgullosa, de mi mejor dibujo en esas tardes mudas de sábado. Mi mejor desempeño fue un retrato a cuerpo entero de César Orlando Labarre, un arquero sobrio (olvidable) y prolijo que atajó algún tiempo en el club de sus amores. Todo esto que acabo de escribir, entonces, es para llegar a ese destino. El club de mi abuelo, que justo en este momento goza de un presente histórico. Mi abuelo Rodolfo era hincha fanático de San Lorenzo. Un club que nunca me gustó. Nunca. Él me contó el origen de su sentimiento: su padre lo había hecho de San Lorenzo porque tenía los mismos colores que el Barcelona de España, club del que mi visabuelo (parece) era hincha. </div>
<div style="text-align: justify;">
Recuerdo muy bien la alegría de Rodolfo cuando vio el dibujo de César Labarre. Lo guardó entre sus papeles, con su meticulosidad habitual. En este preciso momento, San Lorenzo está jugando por primera vez en su historia la final de la Copa Libertadores de América. Rodolfo murió en el año 1999. Hoy estaría nervioso, serio y enfermo, como siempre, pero con toda la vida adentro, vibrándole en su pequeño cuerpo. Por todo esto, por la gratitud y el cariño hacia lo que fue, y porque aún lo extraño, hoy voy a alentar a estos cuervos horribles y agrandados. Frente a mi televisor de pantalla inexorablemente plana. Para informarle las novedades. Y para estar un poco con él. </div>
Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-27112036.post-62927293458298675432014-03-26T09:34:00.001-03:002014-03-26T09:34:12.082-03:00<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjfQ2LJQqnwmjVsoNIVFD6s89D5Fzlgi1Sseed5lB267pCAd8n8fndpuADjErnVHW7rqvPXmni9PuQsnsf68-1ztJ_OMPjgqN1RgH2C-IvGKizGh7C6fND10C5Xl-ssYMUPAhh2XQ/s1600/1939884_10153945418620315_1860166783_o.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjfQ2LJQqnwmjVsoNIVFD6s89D5Fzlgi1Sseed5lB267pCAd8n8fndpuADjErnVHW7rqvPXmni9PuQsnsf68-1ztJ_OMPjgqN1RgH2C-IvGKizGh7C6fND10C5Xl-ssYMUPAhh2XQ/s1600/1939884_10153945418620315_1860166783_o.jpg" height="270" width="400" /></a></div>
<br />Unknownnoreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-27112036.post-84322676466652518192014-02-24T11:58:00.002-03:002014-02-24T11:58:59.319-03:00<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">“Soñé que iba en un
auto<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">manejando<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">y había una vieja al
lado<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">con una bebé<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">hermosa<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">era.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">Y la bebé era yo también<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">y la vieja decía<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">‘pobrecita<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">es huérfana no tiene a
nadie en el mundo’<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">y yo agarraba a la bebé<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">a mí misma<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">y me la sentaba en las
piernas<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">y furiosa le decía a la
vieja<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">‘esta bebe me tiene a mí,<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">¿entendés?<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">Yo la cuido<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">no está sola.’<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">Y la tiraba del auto<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">a la vieja<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;">
<span lang="ES-AR" style="font-family: "Times New Roman","serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 150%; mso-bidi-font-size: 11.0pt;">y nos íbamos yo y yo
escuchando música<o:p></o:p></span></div>
<span style="font-family: 'Times New Roman', serif; font-size: 12pt; line-height: 150%;">con mi ser bebé a upa.”</span>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-27112036.post-73291615418114237512014-02-05T06:36:00.003-03:002014-02-05T08:20:47.483-03:00Querer<br />
sin esperar.<br />
Como si<br />
no existiera<br />
el miedo<br />
ni el viento.Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-27112036.post-11877285685067059372014-01-15T07:10:00.004-03:002014-01-15T07:10:51.264-03:00Juan Gelman (1930-2014)"Cohabito con un oscuro animal.<br />
Lo que hago de día, de noche me lo come.<br />
Lo que hago de noche, de día me lo come.<br />
Lo único que no me come es la memoria. Se encarniza en<br />
palpar hasta el más chico de mis errores y mis miedos.<br />
No lo dejo dormir.<br />
Soy su oscuro animal."Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-27112036.post-11400091394873722172014-01-11T00:11:00.001-03:002014-01-11T06:50:03.981-03:00<div style="text-align: justify;">
Hace un instante la ciudad estaba tan desierta como para escuchar con un detalle lisérgico el raspaje de cada zapato sobre el asfalto. La cadencia del caminar azotando el suelo, de a poco, como un eufemismo de lo inútil, y yo pensando en lo que no puedo, en lo que no podré, en lo que no alcanza, en lo que quise y no llegué, en lo que ya no tiene sentido empujar. Venía deslizándome hacia la casa por la cuesta descendente del orden, enumerando las piedras, pensando en lo que extrañaré hasta morirme, en el intento vano de hacer despertar el milagro, en la pesadilla del peso real de la pérdida, cuando de pronto, bajo los árboles hundidos en la espesura, un pájaro cantó. Concreto. Sin pretensiones. La noche tenía, y aún tiene, varias figuras invisibles por delante. El cielo seguirá bajo y negro por un tiempo, pero un pájaro cantó, armónico, imposible de observar, con una voz opuesta a la temperatura. Un pájaro cantó hace un instante. Un pájaro único en su gesto, que cantó justo cuando pensé que no llego, y que ya no llegaré, y que la potencia no me alcanza, y que para qué insistir con la pureza del alma si no se ve. Nadie la ve. Para qué insistir, si no se ve. Para qué buscar el entendimiento, si no se comparte. Para qué comunicar, para qué esperar el decir, si todo está tan callado, tan dislocado, tan decidido. </div>
<div style="text-align: justify;">
Un pájaro desde la nada cantó, discutiendo dos cosas. El sentido de lo que no se puede hacer vivir, y el invierno. </div>
<div style="text-align: justify;">
En el fondo es la hermosura de las palabras. La espera llegada al límite. En el fondo de las cosas está la hermosura de las palabras, como la única salida frente al sentido muerto. Es la hermosura de las palabras lo que no sirve para nada. Es esa hermosura lo que cantó el pájaro, lo que sigue cantando, lo que seguirá cantando hasta el último fondo de las cosas. El último fondo. Lo que no se toca. </div>
Unknownnoreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-27112036.post-72365175783845281182013-12-24T11:49:00.002-03:002013-12-24T11:49:23.619-03:00<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEigy-Sxuaci7RHOXddM-S_MO2Mmoo4Hg5a__LBOu-ZjLK8fbMDQVJZ7rLzTIlpWogihW02m_UqISoMQFsOrWAxgO1PzoTlMdOLTwW8B-i_s4QzBXkUL_F0aD56AKTZW4HsleDTICg/s1600/DSC_1797.JPG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="266" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEigy-Sxuaci7RHOXddM-S_MO2Mmoo4Hg5a__LBOu-ZjLK8fbMDQVJZ7rLzTIlpWogihW02m_UqISoMQFsOrWAxgO1PzoTlMdOLTwW8B-i_s4QzBXkUL_F0aD56AKTZW4HsleDTICg/s400/DSC_1797.JPG" width="400" /></a></div>
<br />Unknownnoreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-27112036.post-78760376921792287892013-12-07T09:33:00.002-03:002013-12-07T09:33:22.305-03:00<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh14Vn15VuQ0D5fhihS2nDZ85Jv7yaNZMI7GQTl7MZAbQn_6p2dSaYn6jvshH5TpFPYmw7rDOvR6xhwslj5wold2m_F5VDiZOz4h0UXugsNiogXSUSe6Kece3ZhXXZJoVs5m56pYA/s1600/969418_10152039825307417_1871388352_n.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="151" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh14Vn15VuQ0D5fhihS2nDZ85Jv7yaNZMI7GQTl7MZAbQn_6p2dSaYn6jvshH5TpFPYmw7rDOvR6xhwslj5wold2m_F5VDiZOz4h0UXugsNiogXSUSe6Kece3ZhXXZJoVs5m56pYA/s400/969418_10152039825307417_1871388352_n.jpg" width="400" /></a></div>
<br />Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-27112036.post-35932413103399185942013-12-05T09:57:00.001-03:002013-12-05T09:57:35.029-03:00Transformers<div style="text-align: justify;">
Pensamiento de no-cordobés: una de las cosas más llamativas de cada episodio “histórico”, traumático, trágico o que simplemente excede el umbral de la “noticia común” (ese umbral que casi siempre es determinado por el “alcance” o la “trascendencia” a nivel nacional y continental, que por supuesto nada tiene que ver con la muerte de las personas) es el derrotero de reflexiones, ideas, conclusiones y lamentos que se producen sobre “lo cordobés”. Sobre la (id)entidad “Córdoba” (estoy usando muchas comillas porque Facebook no permite el uso de itálicas). Cada vez que una tragedia toma dimensiones que exceden los hilos de la provincia, brota en todo el abanico ideológico (todas las teclas del piano, todas: blancas y negras, desde la primera de la izquierda a la última de la derecha, o al revés) la necesidad de sacar conclusiones, una vez más, sobre lo cordobés, sobre Córdoba, sobre la concepción de mundo de los cordobeses, sobre la forma de vivir de cada cordobés, sobre el ethos cordobés, sobre el pathos cordobés, encerrando cualquier arista de análisis, cualquier dimensión del suceso, cualquier elemento (en el sentido más material del término) bajo la humanización concreta: Córdoba como una persona, formada por cada una de las personas. Córdoba tratada como un individuo que recoge la identidad del todo. Cada vez que un suceso trágico o nunca antes visto explota, y llega “más allá”, todos se sacan los pelos a través de opiniones y enojos y búsquedas por mostrar lo que no se ve, o condenando las injusticias, pero casi siempre bajo la misma lente: hablar de lo cordobés, de la tristeza que produce ver así a Córdoba, de la indignación que produce el hecho de que Córdoba se comporte como se comporta, ya sea a través de la especulación de sus trabajadores, o de la impunidad de sus delincuentes y gobernantes y fuerzas del orden, o de lo que carajo sea. Lo que nadie cambia es el grosor, la fantasía de la bolsa común (no es azarosa la elección de esta “imagen”, claro): un espacio que todos definen por igual, como si fuera un ser humano con sentimientos, una persona imperfecta, o perfecta, u orgullosa, o frágil, en fin: Córdoba como individuo. Casi todos buscando explicaciones desde ahí. Como si no estuviera claro que las cosas que se desnudan, en medio de semejantes teatros del absurdo, montados en pocas horas e intensos como el calor del verano, con sus redundancias y sus aporías a cuestas, son de corte estructural. Cada vez que se escarba, se llega a la perversión de un sistema (de procesos, mecanismos, rutinas, intereses, sectores dominantes, sectores dominados, y otras tantas dinámicas que, como dice el oxímoron preferido de mi amigo Casarin, desconocemos perfectamente) que viene rompiendo todo desde hace mucho mucho rato. Siempre se llega al núcleo estructural que subyace a cada explosión de estas magnitudes: eso es lo que los gobernantes no mencionan ni abordan, y lo que la cotidianeidad descarga con furia, minuto a minuto, sobre cada hombre y mujer de trabajo, de sueldo, de tierra, de especulación. Sobre cada familia desvalida u ostentosa. La cuestión estructural. </div>
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<br /></div>
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Pero entre todas las quejas y denuncias que leí, estando lejos, sobre lo que pasó ayer y anteayer, y que siempre me llama la atención, es el aire que todos respiramos por igual, a lo largo de las ocho octavas del teclado ideológico: Córdoba tratada como persona. Igual que, llamativamente, hacen los medios de prensa con el “Mercado”, que siempre se pone nervioso y hace bajar o subir las acciones y tasas, o que pierde “confianza” o “seguridad” frente a alguna medida de gobierno. Casi todos los comentarios que pude leer remiten a la tristeza de ver a Córdoba así, a la resignación de entender que Córdoba es “esto”, o que Córdoba es “esto otro”, tan dispar. Y como no-cordobés, siempre me pregunté por qué. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
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No estoy del todo seguro, porque no me dedico a investigar en la vereda del conflicto social como muchos de mis amigos, pero no sé si en otros sitios de la Argentina, igual de inmersos en la falla estructural que subyace a todo esto, tratan a sus provincias como una persona que les gusta, los enorgullece o les da vergüenza, y hacen de la suma de todas las almas y conciencias y responsabilidades de cada cerebro que vive allí un Transformer demencial que encierra absolutamente todo lo que remita a la identidad, como un espíritu universal (en su particularidad) que merece ser explicado con cada revuelta. No sé si los tucumanos, cada vez que se arman esos bardos de antología en Tucumán, se ponen así porque Tucumán no cumple las expectativas, o los requisitos de decencia, integridad y sensatez. No sé si los jujeños o salteños también se ponen así de tristes, y reniegan de sus provincias-humano. En Buenos Aires no pasa, seguro. En Neuquén tampoco. En Río Negro menos que en Neuquén, quizás porque, como todas las provincias patagónicas, son híbridas de origen. No sé cómo será en Santiago, en Entre Ríos o en Santa Fe: ¿esas provincias ponen tanto énfasis en definir, frente a cada episodio revelador del modo de vida perverso y general que nos recorre a todos, las cualidades o miserias del Transformer-paradigma que les hace mirar el mundo? Me gustaría saber si los santafesinos tienen esa misma épica venida a menos que se reproduce en muchas voces ridículas o hiperlúcidas de Córdoba, frente a “lo cordobés”, a la injerencia de la “persona Córdoba” en el mundo, más allá de que sea un punto más en el mapa del sistema, el mapa todo resquebrajado que, de verdad, parece en las últimas. ¿Por qué tanta insistencia en el Transformer? ¿Quién lo alimenta? Y ¿por qué todos los que lo conformamos, que incluso estamos en veredas opuestas, nos preocupamos tanto por las cualidades del Transformer? ¿Qué explica, en definitiva, el Transformer? ¿Qué necesita explicar? </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Me pregunto por qué veo esto, por qué lo siento también, me pregunto si es una percepción equivocada. Y cuando me hago las preguntas, me encuentro después con noticias como la que comparto aquí a continuación. Apenas unas horas después de semejante tierra de nadie vivida en la ciudad, que tuvo tanta “repercusión”, aparece en el medio de prensa paradigmático esta noticia que comparto. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
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<a href="http://www.lavoz.com.ar/politica/record-de-visitas-en-lavozcomar">Ésta.</a> </div>
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Cuando vuelve la calma que tan bien definió Demian Orosz, esto es lo que importa. Apenas horas después de semejante tierra de nadie, de un descontrol avasallante que se vivió en la ciudad que habitamos, esto es lo que el medio paradigmático (porque esa es la posta, el adjetivo verdadero) destaca en estas horas como INTERESANTE, según su misma rotulación. Todo muy trágico, muy desestabilizador, sí, pero esto es lo que importa. Muchas voces se han preguntado qué quedará de todo esto. Si “Córdoba”, después del caos, bailará en el cuartetódromo: ¿qué somos, entonces?. Si De la Sota, después de esto, sigue haciendo esa campaña en vano, insuficiente, que intenta desde el año 1999 y que seguirá intentando porque todavía no se dio cuenta que jamás podrá ser presidente, aunque termine por destruir a “nuestra Córdoba”, y sigue tirando bijouterie para tapar los negociados y los delitos que gestiona como funcionario de sus grupos económicos, ¿qué será de nosotros, de nuestro voto? Qué papelitos de aval le pondremos en los bolsillos al individuo Córdoba. Preguntas que se adhieren a todas las teclas del piano, las blancas y las negras, a izquierda y derecha, pero en el fondo, o mejor dicho, bien en la superficie que vemos cada cinco minutos con la compu, o en el papel todas las mañanas, lo que verdaderamente importa es lo que aparece en la noticia. Esto es lo que siempre discutimos lateralmente, o sea nunca. Nos quejamos del medio hegemónico, pero respetamos el paradigma. Miramos a través de lo que allí se dice, y de lo que replican en consecuencia los canales de televisión, dentro del mismo paradigma. Dentro del miedo, dentro del consumo de las discusiones entre “nación y Córdoba”, dentro de cada puto sintagma de cada puto discurso que De la Sota pone a rodar en estos medios. Tanto nos hemos burlado del cordobesismo, y el tipo (¿sólo él?) dio en la tecla. ¿Sólo De la Sota supo dar en la tecla justa, porque dio en todas las teclas? ¿Qué actores coinciden con la vehiculización de esa marca en el alma que une a todos? No lo podemos ver, porque al paradigma no se lo ve. La noción de cordobesismo nos puso el traje perfecto, porque, por noticias como ésta, da lo mismo si se lo critica o se lo ignora o se lo defiende: todas las teclas del piano creen, de fondo, en lo mismo. La personificación de Córdoba es para todos. Y ése es el paradigma, y el gran triunfo: la imposibilidad de ponerse a discutir qué es lo que realmente subyace a todo esto, en vez de ponerse a discutir la silueta del cordobesismo, quiénes dañan más al Transformer, cómo lo tenemos que reprogramar. Todos festejamos las sentencias contra Clarín: ¿para qué? El texto de Pablo Daniel Ramos es preciso: él saltó. Quiso soltar su bronca saltando por encima del robot. Pero no todos logramos hacerlo: esperamos la palabra del gobernador en conferencia de prensa como se espera un alimento, para discutir lo que ya sabemos que dirá, pero todos hombréandonos dentro de la misma bolsa a la que han puesto el nombre justo. La bolsa en la que cabe tanto la indiferencia, como el orgullo, o la indignación, y a la que los medios paradigmáticos reproducen con una alegría que ni percibimos, porque nos colma. Todos mirando por la misma lente, como si la solución estuviera sólo en sanar al multihombre-Córdoba. </div>
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<br /></div>
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A mí me toca estar lejos, y tuve que leer las informaciones y ver los videitos y todo el abanico demencial a través del medio paradigmático, que funciona, claro está, según la sensatez y el interés de siempre: por qué hacerlo de otro modo si así, con semejante estabilidad, la cosa funciona, para todos. Para todos. Y si somos sinceros, dejemos de joder con Facebook y Twitter y esa ilusión de libertad y de libre expresión que nos daría esto: no movemos la aguja pero ni a patadas voladoras. Sólo descargamos la rabia y el miedo entre nosotros, mientras nos oponemos: fachos versus zurdos, chorros versus personas, corruptos versus trabajadores, todos peleando a los gritos, a los tiros, y dando por hecho el cordobesismo, como si explicara todo. </div>
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A todos nos conviene la Córdoba-individuo, porque es la máscara ideal para no pensar en lo que hay en todos lados. La idea de Córdoba como país, en el fondo, nos satisface a todos. Lo miedosos que soltamos el fascismo, avergonzándonos por los negros cordobeses sin remedio. Los progres más pelotudos, quizás, de la historia del supuesto progresismo social y político del país, llorando la hipocresía cordobesa. Sirve porque es la “distinción”, aún en medio de la vergüenza frente al qué dirán los demás, aún frente a la certeza de la autodestrucción. Es más grande, todo esto. Es más grande. Por eso es tan redituable el récord de visitas en los sitios que todos nos vemos obligados a leer, primero para tratar de acceder a una cobertura amplia, después para renegar y criticar y lavarnos. Sirve a todos el paradigma del cordobesismo. Pero es más grande la cosa. Por eso explota como una garrafa, donde carajo sea. Es más grande. No son sólo “negros de mierda” descargando su furia más profunda en el barrio de Nueva Córdoba, en la “Nueva Córdoba”. No son negros contra sojeros. Es más grande la cosa. Está en todos lados. Se puede ver en el oeste neuquino, en el recorrido oeste-este de la Ruta 22, en lo que me mostraron mis amigos del norte en Salta y Jujuy. En el conurbano bonaerense. Es más grande que Córdoba, la cosa. Lo pude ver en Chile, hace unos meses, en Santiago. Chile país modelo, y es lo mismo. Es más grande la cosa. No hay provincias especiales. Es mucho más grande la cosa. No hay siquiera países. Es más serio. Y es cierto, como es tan grande, hay que empezar por lo mínimo. Frente a lo grande, volver a lo mínimo, quizás. Ver al otro. Ver al otro. Ver al otro. Ir donde los Transformers no pueden entrar. Descreer del Transformer para ver al otro. Borrar los tatuajes para ver al otro. No sé, me fui al carajo con esto. Pero es un pensamiento a partir de un “récord de visitas”, después de un día en el que todas las personas de una ciudad inmensa debieron quedarse encerradas en sus casas, por el cagazo, mirando por las ventanas, y usando, claro, Internet para saber qué pasaba afuera. Récord de visitas. En este preciso momento, el diario paradigmático titula: “Lento regreso a la normalidad”.</div>
Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-27112036.post-40342019763727504012013-11-14T14:24:00.003-03:002013-11-14T14:24:47.529-03:00Como cuando uno está mezclando naipes<br />
creyendo que ha dominado el movimiento<br />
y algo inexplicable ejerce una fuerza súbita<br />
que destruye la cadencia y hace caer<br />
los cartones en lluvia, y obliga a reordenar,<br />
primero, las manos, para luego recomenzar<br />
la búsqueda del autocontrol con la impotencia<br />
de lo torpe en el aire, la vergüenza de la verdad,<br />
aparecés en el pasillo, y te miro.<br />
Y vos te mirás en el suelo. Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-27112036.post-78881199538470568262013-11-03T10:49:00.000-03:002013-11-03T10:49:00.251-03:00Juarroz, PV XII, 15Buscar una cosa<div>
es siempre encontrar otra. </div>
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Así, para hallar algo, </div>
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hay que buscar lo que no es. </div>
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Buscar al pájaro para encontrar a la rosa, </div>
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buscar el amor para hallar el exilio, </div>
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buscar la nada para descubrir un hombre, </div>
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ir hacia atrás para ir hacia delante.</div>
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La clave del camino, </div>
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más que en sus bifurcaciones, </div>
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su sospechoso comienzo</div>
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o su dudoso final, </div>
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está en el cáustico humor</div>
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de su doble sentido. </div>
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Siempre se llega, </div>
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pero a otra parte. </div>
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Todo pasa. </div>
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Pero a la inversa. </div>
Unknownnoreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-27112036.post-66483200918739340962013-10-27T05:52:00.004-03:002013-10-27T05:52:51.503-03:00Some said the end is near<br />
but it is just one more year<br />
living in model fear<br />
they were all dissapeared<br />
but i’d just like to say<br />
since no one is here to stay<br />
before i lose my breathUnknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-27112036.post-71835361234371071522013-10-24T12:12:00.002-03:002013-10-24T12:12:49.658-03:00<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjDcO5Gx4p8hVRTGEmjhprEvzRhVyOWZ4vr2Ix3H8NBCywfBxhHCdMMvivhXTfO2-rC6jBn2wSBledoFltd-mqtlt9Qawp547btCCUJZT7hRgh4h5gagNcz9oomqXUcIQD3jvVc8w/s1600/20130912.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="147" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjDcO5Gx4p8hVRTGEmjhprEvzRhVyOWZ4vr2Ix3H8NBCywfBxhHCdMMvivhXTfO2-rC6jBn2wSBledoFltd-mqtlt9Qawp547btCCUJZT7hRgh4h5gagNcz9oomqXUcIQD3jvVc8w/s400/20130912.jpg" width="400" /></a></div>
<br />Unknownnoreply@blogger.com0