madre me llevaba de la mano
por el terraplén oscuro
decía:
esa es la bomba de agua
el perro amarillo, ése, no lobo,
ahí las parvas
más allá el pajonal de la cluecas
decía
nunca a tu edad,
vi estas cosas
llegábamos hasta la capilla de los garzón
a ver
los altos vitrales del cristo
de la buena muerte
el áspero cuero de las iguanas
la ruta, siempre lejos
a la vuelta me daba
el pan de la tarde, cantando
los salmos preferidos
y una tristeza hermosa me cerraba la garganta
o quizá el polvo del camino
o dios, que entonces era
un potro negro
que despertaba el miedo
(Poema de Elena Anníbali, de su libro tabaco mariposa, Caballo Negro Editora, Córdoba, 2009)
1 comentario:
Como dijimos el viernes, ffff, o ufff, culiado, zarpado. Todavía me lo voy acordando, leído por Elena, desubicado poema. Qué bueno que lo subiste. Queda la cerveza. Abrazo papá.
Barnes
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