26.6.07

Al Motorola C115

Ahora tan solo basta
disfrutar la correntada
el curso donde te hundí
hace tres días
para volver a tu muerte
en parte a la mía
y recoger dos certezas:
la una,
que golpearás hasta el final
de los bordes
la dos,
que si te hubiera tocado
ser milagro, historia
mañana reencarnarías
en reloj pulsera

demasiado densa tu silueta
tu proyectil de óvalo
para agotar el cariño del agua
demasiado casco el tuyo
de lava volcánica
y gracias a todos los otros
nuestros ausentes
que ya no intentan llamarte
para no batir esa orilla de penas
para no contagiarles el azul
de tu cara cuadrada

termino así porque detrás
de tu espalda siempre roma
hay una media sonrisa
que adultera la memoria
la del progreso
sé que ya está viniendo
otro cuerpo más caro
tan polifónico

pero no lo acepto

prefiero hoy dormir fuerte
merezco que me vibres la cara
te ruego aquí mismo
que silbes tu enojo fundido
mitad chapa mitad madera
chirriando como un perro loco
magullando teclas imposibles
ablandándolas

3 comentarios:

Jaramillion dijo...

Estos poemas se están transformando en la metáfora perfecta de la alienación.

Hello Moto, Hello Marx.

Anónimo dijo...

Me parece que sí. Ahora: ¿podría haber sido este proceso inverso? ¿Cómo escribir sobre teléfonos y terminar en la otra punta?
Sí, eso también sería posible. Pero no tan popular.

Y lo que buscamos todos, yo, escribiendo, usted, leyendo, es ser populares. ¿No?

Nardo dijo...

sobre todo firmando, posteando, o como se llame.
Vigna, fue inevitable una lagrima de mis ojos.
pasan los celulares, quedan los motorola c115