Hoy: "Tendencia anglosajona"
Había una vez un hombre que estaba invitado a un casamiento pero que no tenía traje para ponerse. Por eso acudió armado a un velatorio, ametralló a las viejas con spray en el pelo que lloraban en la puerta, a uno o dos chiquitos paradójicamente vestidos de traje, y logró que todos salieran corriendo del salón. Recién allí le robó el saco y el pantalón al muerto, lo dejó desnudo junto a la metralleta, corrió sin parar hasta la fiesta, comió el plato principal, tomó champaña, bailó con la novia y del pedo se quedó dormido. Terminó acostándose como a las seis y media, café de por medio.
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