Yo no sé qué pensarán los otros, pero creo que se nos fue una de las pocas personas que podían morir disfrutando así tal cual de su propia muerte. El cazador de cocos fue uno de los personajes más grandes que nos ha dado la televisión a todos los que andamos por estos años. Alguien que me explique cómo vamos a hacer para olvidar al hombre que le daba piquitos a las víboras más venenosas del mundo, tirado boca abajo en el medio del desierto, con las manos en las espalda, como esposadas. El hombre que le ofreció su hijo a un caimán y éste, no casualmente, eligió la comida tradicional. Cómo podemos dejar pasar a un tipo que lo mató un aguijón de una raya porque le inoculó el veneno directamente en el corazón.
Ayer hablábamos de esto y algunos decían que su muerte había sido poco seria. "Después de perder tantos pedazos del cuerpo", decían algunos, "no puede matarlo una raya".
Pero la raya lo ensartó justo en el corazón. Y esa era la única manera de matarlo.
Brindo por el enfermo que se nos fue. Brindo por el hombre que acariciaba la capocha de los cocodrilos, luego miraba a la cámara, pegaba un grito como si hubiese empinado un toc toc y luego nos hacía pensar: "yo también podría".
Que duermas, a partir de ahora, con la sangre fría, querido.
1 comentario:
Vengo a desmitificar: "El cazador de cocos fue uno de los personajes más grandes que nos ha dado la televisión a todos los que andamos por estos años"
Sujeto entregador q le entrega su hijo a un caiman ...de q estamos hablando.. creo q con este sujetos hemos sufrido una nueva farsa del plantea hollywood. ...dicen q no eran cocodrilos y si maquetas
.Ademas... lo mato una raya ... ni siquiera un circulo... por dio... !
paulo (de la selva)
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