5.11.10

El éxito


Hace ya un tiempo, cuando la editorial Eduvim nos invitó a participar del proyecto 10 Bajistas (Antología de narradores que nacieron o viven en Córdoba), coincidimos con varios de los participantes (escritores compañeros, editor, etc.) que la propuesta era linda y distinta porque estaba, a diferencia de otras antologías de narradores que en ese momento explosivo veían la calle, enfocada hacia un destino mucho más atractivo. Por eso aceptamos todos, sin chistar, con entusiasmo. La propuesta inicial era doble: armar una antología de autores de Villa María, que se denominó Voces de este río y fue antologada por Marcelo Dughetti, y armar otro libro de autores cordobeses, el ya citado 10 Bajistas, compilado por A. Carbonell, para luego distribuirlos y hacerlos "leer" en (incluirlos en la currícula literaria de) los colegios primarios y secundarios. Esto es: poder, para nosotros, o por lo menos para mí, por primera vez, dejar de lado el interés de los "pares", "colegas", "gilada literaria", o de algún suplemento para, en cambio, llegar a los lectores puros, aquellos que se pierden algunos detalles que nosotros consideramos inútilmente decisivos pero que a su vez recogen otras cuestiones esenciales de los textos: el verdadero cuerpo unificado de las historias, una interpretación pura y desinteresada, o dicho de otro modo, aquellos que tienen más herramientas para poner en funcionamiento el accionar más puro del gusto (parcialmente escolarizado, sí, todo lo que quieras, podemos discutirlo, pero que ahora Bourdieu y todas las aristas de la distinción me la chupen).
Para mí, no había nada mejor que eso. La posibilidad de participar de una antología que leyeran, finalmente, los chicos.
Con el paso del tiempo y la antología ya lista, tal destino parecía haberse diluído. No habíamos recibido noticia alguna sobre la distribución del libro; algunos nos habían comentado que todo se había dado dentro de los objetivos propuestos, pero la información no era más que eso, algunos datos, y la elaboración posterior de un pensamiento (es decir, una esperanza y una duda al mismo tiempo).
Bueno, la cuestión es que explico todo esto para compartir, ahora, un poco de la alegría que me produjo recibir esta foto que encabeza el post. Changos del primario con los libros en la mano. Ahora sí, algún tipo de alegría rara, tranquila, algo parecido al placer, llega, se posa. Ojalá que muchos más pibes haya tenido o tengan el libro más o menos cerca, a mano. Ramírez, Tejerina, Quintá, Lamberti, Vigna, Savino, Fonseca, Dema, Pons, Giordano y Carbonell supongo que lo agradecerán.
El libro celeste es el de Villa María, y el color salmón es de Córdoba. Son libros pensados para los chicos. Hace unas semanas hubo una actividad literaria organizada por editoriales y revistas de la ciudad en la que se le preguntó a cuatro autores de Córdoba acerca del éxito. 20 preguntas sobre el éxito, dirigidas a los autores consagrados o en vías de. Capaz que esto, al final, sea lo más parecido a eso. Una sensación demasiado íntima y valiosa e insignificante como para andar explicándola.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

genial el articulo estoy de acuerdo con la integridad del mismo. Un abrazo
Marcelo Dughetti (el que vive en halla lejos y ahce tiempo)

Anónimo dijo...

Que bueno que ami no mepreguntaron lo del exito dios mio , esa palabra, esa palabra yo los quiero pero como se les ocurre.Pobre gente a la que le preguntaron no megustria estar en sus zapatos.Dios mio,dios mio,esa palabra esa palabra solo deja escarcha de cenizas en el agua.
Marcelo Dughetti