Yo quiero tener diez veces cien mil amigos, para así más fuerte poder chiflar. Sin embargo, muchas veces me basta con Jaramillo, un hermano del corazón y nuevo blogger. Sus chimangos dan cuenta de un vértigo intelectual que se asemeja al descontrol que genera un Fiat 128 cuando pega un giro sorpresivo en cualquier esquina de tierra. Recomiendo su visita, el recorrido de sus líneas, y especialmente recomiendo a Karen. Karen es una cosita que no sé si realmente es amiga de Jaramillo, o si forma parte de él como en un sueño, como en esos recuerdos que uno tiene desde chico y no sabe si realmente fueron o si se armaron con los años. A Karen, y esto es real, la armaron a la perfección.
Auguro para este blog que recomiendo un gran futuro, determinado casi en su totalidad, seguramente, por el abordaje de Karen y por todas las fotos que puedan aparecer de ella. Karen parece ser la típica minita que de chica libaba juguitos congelados en la puerta del colegio. La chica que intercambiaba papeles de carta. La chica que se compraba largos y carísimos buzos de color blanco sólo para taparse la cola.
Gracias, Alfredo Leoncio de los Cerros Jaramillo, por este baldazo de menta rubia que nos ha bañado a todos. Brindo por ello.
1 comentario:
Gracias, Vigna, por tus palabras y la polución nocturna.
Ya juntaremos a las ovejas y a los chimangos alrededor del buzo blanco de Karen.
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