13.2.07

Una larga y triste noche

Como si Ricardo Romero lo hubiese pedido por encargo, puedo decir que esta madrugada tuve un muy largo sueño en el que lloré como un marrano. La madrugada del martes 13 me encontró soñando en mi nueva cama de dos plazas, con la espalda dura por la tensión y la cara cruzada con rebordes y líneas.
Esta madrugada soñé que mi novia me engañaba en mi propia casa con un amigazo de la primaria, Alexis Nicolás Torres. Ella me lo confesaba mientras yo intentaba poner a funcionar un casette en la casetera de la bolita Philips. Al presionar el botón que abre la mini compuerta, sentí que todo comenzaba a perder su sentido, y mientras ella confesaba el hecho yo veía salir de la bolita musiquera chorros y chorros de agua, como en una catarata a escala. Inmediatamente ella cambiaba el tono de su relato y también aclaraba que, durante su estadía con Alexis Nicolás, se habían mandado una cagada con el aparato y se les había llenado de agua.
Intenté abrir la puertita donde se colocan los cd's. Parecía una lagunita de minúsculos sapos; el láser necesario para que suenen los discos brillaba al fondo de esa lagunita como el lomo de un pejerrey durante una tarde de pesca.
Mi novia, entonces, me engañó toda la noche, y desde aquí, desde el trabajo, con la espalda todavía dañada, sólo se me ocurre una cosa que agregar: cómo cansa llorar en los sueños. Por favor.

3 comentarios:

Lunita dijo...

Ay ay... si quiere saber de esos sueños, su amigo Funes le puede contar. :)

Anónimo dijo...

Luna, Funes sueña lo que quiere. Es la primera persona que conozco que me aticipa lo que va a soñar al otro día. No le creas !! jaja, besos

Anónimo dijo...

Luna, Funes sueña lo que quiere. Es la primera persona que conozco que me aticipa lo que va a soñar al otro día. No le creas !! jaja, besos