en un baldío olor de hojas quemadas
estoy lejos pero está
el cuadrado que era el patio, la montaña
dorada que los álamos
nos entregaban en abril
y antes de que el fuego se coma este recuerdo
mis hermanos y yo trepamos hasta el muro
(un salto y el rebote sobre el colchón)
restos de escarcha en la tarde de humo
nuestro aliento tiembla en el aire
perforando la tristeza que habíamos heredado
(leído en Casa 13, el último domingo)
1 comentario:
Ya te pusiste melancólico, ¿ves?
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