11.5.08

"Cuatro Lunas", publicado en 2004

(Onda retro, muestro acá un cuento del libro Grises, verdes que salió en 2004. Le tengo mucho cariño al libro aunque ahora lo hiciera completamente distinto, y por eso voy a empezar a mostrar su contenido. Salute.)

Esto sucedió en Chos Malal, provincia del Neuquén, una tarde de invierno. En una de las calles que baja hasta la plaza principal del pueblo, hasta la plaza del Fuerte, hay un bar con las persianas siempre bajas que se llama Cuatro Lunas. Adentro del bar había un gaucho con bombachas, poncho y sombrero que se quería suicidar. Un gaucho suicida. Tenía una soga anudada a un gancho en el cielorraso, cerca de una lámpara encendida. Tenía los pies apoyados en una silla de cuero cuarteado y le costaba pasar la cabeza por el círculo de la soga sin que se le cayera el sombrero.
Yo pasaba caminando por la vereda angosta, con la cámara de fotos, un bolso y los anteojos para ver de lejos. Abrí la puerta y me quedé parado a unos metros del gaucho, frente a la barra. En una mesa contra la pared había un vaso usado y un sifón de soda.
–Qué está haciendo, gaucho –le dije.
Pero no me contestó.
–Qué hace, gaucho.
–Me quiero matar.
–Pero cómo se va a matar. No tiene que matarse –le dije–. Tiene que vivir.
–Acá no se puede vivir –dijo.
–Entonces busque otra forma, pero no se mate. Hace frío.
–Me voy a matar igual. Y usted es de afuera, así que no me hable.
–Está por nevar, gaucho –le dije.
–No me importa la nieve. Soy nacido y criado. No moleste.
–Se mata porque es puto, entonces.
–¿Qué dice?
–Que usted se mata por puto –le dije–. Es un gaucho puto.

Me miró desde arriba, se hizo un silencio y después no dijo nada. Dejó caer el sombrero y se acomodó el poncho sobre los hombros.

–¿Me deja sacarle una foto cuando ya esté muerto?
–Para qué –preguntó.
–Y para qué va a ser. Para la cultura, para el pueblo.
–Bueno –me dijo.

E intentó patear la silla y no pudo. Levantó las botas y no pudo moverla.

6 comentarios:

Javier Martínez Ramacciotti dijo...

Tengo ese libro tuyo, y me encantó. Si se te ocurre cambiarlo en algo, te juro que te inico un juicio por daños y perjuicios. El primer cuento de ese libro-el de la familia ¿disfuncional?- y el de la pareja en el auto son los mejores. En fin, que ni se te ocurra jugar con la materia del pasado, máxime cuando ya no es más tu exclusiva propiedad. Ahora también es parte de mi felicidad personal.

Diego Vigna dijo...

Ante una cagada a pedos de semejante magnitud, no me queda otra que responder así: está bien.
Muchas gracias en serio, un abrazo,
Diego.

toto scurraby dijo...

TA BUENO.CHE,SEGUI POSTEANDO EL RESTO DE LOS CUENTOS .EL QUE NOMBRO EL AMIGO ARRIBA SI ES POSIBLE.SALUDOS

Pablo Natale dijo...

Merd. También iba a decir algo sobre ese libro, pero JVC sobrepasó mis capacidades.
El primer cuento estaba muy bien (me encantan que los personajes se suban a árboles, o casas, y el mejor en esto fue H. Conti, o quizás Capote).
Y el de la cagada/cogida también. De ahí desprendimos con amigos la útil sentencia: el amor no necesita justificación.

Zoabra.

Espero que estés preparando otro libro.

P.

Diego Vigna dijo...

Jelou, gracias Totó, Pablo. Ahora pongo el primer cuento del libro. No estoy preparando específicamente un libro de cuentos... tengo algunos acumulados, pero no nacieron para un libro en especial. Empecé una novela. Esperemos que este año la tenga. Abrazos, D.

Pablo Natale dijo...

Eh, Vigna. A ver si me podés ayudar. Tengo el jueves una clase con un alumno y quiero que lea el cuento de la cagadera/cogida. Me lo podés mandar a mi mail? Please.
Gracias.

pd: enbuscadelsujetoperdido@hotmail.com