Esta noche he decidido
curarme el dolor de cabeza
con libros tuyos.
Como indica un lugar común-cool,
para curarse hay que copiar a alguien.
Hay tres murmullos, alguna novela de Pol-Ka
suena en el aire, y las polillas tintinean
como afirmás a cada rato.
No voy a soñar con mi madre,
todavía no la puedo matar.
Mi hermano repele toda curva
del lenguaje y mi padre
se las guarda para sí.
Justifico este agradecimiento y espero
haberte citado con respeto.
Matar, así, es lavarse.
Tengo uñas suficientes para desvestir el código
de la culpa en la piel de las tarjetas
de teléfono, y aún no sé elegir. Casi nada.
Vengo lento para esto.
El día que pueda afirmar lo contrario
voy a tener tu pelada,
y quizás vos estés bajando un whisky
con tu mamá
hablando de la quietud de los abatidos.
1 comentario:
para que tu cabeza no duela y no se convierta en piedra refractaria cual balcón de punilla receto
pensar en espiral.El punto de inicio será un pensamiento situado en un punto X de la mente (viene solo y ocasiona el dolor de cabeza, lo vas a reconocer) y dejandolo circular concéntricamente de manera centrífuga (no centrípeta), ampliando los círculos que parten de X...
y una boooooolsita de queso
Saludos espaciales, desde mi nave
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